Para instalar su segunda planta en el estado de Aguascalientes (México), Nissan Mexicana —filial de la japonesa Nissan Motor Co. Ltd.— exigió al gobierno local condiciones especiales. La administración del entonces gobernador Carlos Lozano impulsó reformas legales y un millonario endeudamiento para incentivar a la industria automotriz, utilizados en parte para comprar y donar terrenos que Nissan Mexicana solicitó; más tarde, la empresa revendió esas tierras en millones de dólares. Aquí el micrositio con la investigación periodística a siete años de la instalación de la planta A2 de la automotriz japonesa, que supuso una inversión de 2 mil millones de dólares.

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